
La ansiedad es algo que en estos tiempos muchas personas padecen día tras día, y en muchos casos, sin darse cuenta. La ansiedad es un estado emocional extremadamente incómodo con consecuencias que pueden llegar a ser graves. En este artículo te daremos todas las claves, no solo para identificar ataques de ansiedad, sino también para saber cómo tratarlos y lidiar con ellos.
Qué es la ansiedad. Definición
La ansiedad es una emoción caracterizada por un estado desagradable de agitación interna, a menudo acompañada por un comportamiento nervioso, como caminar de un lado a otro, quejas somáticas y rumia. Es el sentimiento subjetivamente desagradable de temor por los eventos anticipados, como, por ejemplo, el sentimiento de muerte inminente.
La ansiedad es una sensación de inquietud y preocupación, generalmente generalizada y desenfocada como una reacción exagerada a una situación que solo se ve subjetivamente como amenazante. A menudo se acompaña de:
- Tensión muscular
- Inquietud
- Fatiga
- Problemas de concentración
La ansiedad puede ser un «estado» a corto plazo o un «rasgo» a largo plazo. Mientras que la ansiedad por rasgo representa preocuparse por eventos futuros, los trastornos de ansiedad son un grupo de trastornos mentales caracterizados por sentimientos de ansiedad y miedo.
Los trastornos de ansiedad son en parte genéticos, pero también pueden deberse al uso de drogas, como el alcohol, la cafeína. A menudo ocurren con otros trastornos mentales, particularmente el trastorno bipolar, trastornos de la alimentación, trastorno depresivo mayor o ciertos trastornos de personalidad.
Las opciones de tratamiento comunes incluyen cambios en el estilo de vida, medicamentos y terapia. La terapia metacognitiva busca disminuir la ansiedad mediante la reducción de la preocupación, que se ve como consecuencia de las creencias metacognitivas.
La ansiedad puede ser apropiada, pero cuando se la experimenta regularmente, la persona puede sufrir un trastorno de ansiedad.
Tipos de Ansiedad
Existen distintos tipos de ansiedad. Es importante saber diferenciarlos para poder tratarlos de la mejor manera posible. A continuación, los detallamos:
La ansiedad existencial
El filósofo Søren Kierkegaard, en The Concept of Anxiety (1844), describió la ansiedad o el temor asociado con el «mareo de la libertad» y sugirió la posibilidad de una resolución positiva de la ansiedad a través del ejercicio consciente de la responsabilidad y la elección.
Puede ocurrir cuando una persona enfrenta angustia, una crisis existencial o sentimientos nihilistas. Las personas también pueden enfrentar ansiedad matemática, ansiedad somática, miedo escénico o ansiedad ante los exámenes. La ansiedad social y la ansiedad ante los extraños se producen cuando las personas están preocupadas por los extraños u otras personas en general.
El primer paso en el tratamiento de una persona con síntomas de ansiedad consiste en evaluar la posible presencia de una causa médica subyacente, cuyo reconocimiento es esencial para decidir el tratamiento correcto. Los síntomas de ansiedad pueden enmascarar una enfermedad orgánica, o aparecer asociados con o como resultado de un trastorno médico.
Ansiedad con episodios de pánico
Esta ansiedad es aguda, quienes la padecen suelen tener la sensación de que pueden o van a morir. Las personas con ansiedad y pánico la definen como una eterna sensación de angustia sin explicación alguna. Lo peor de este tipo de ansiedad es que se intensifica ante el temor de una nueva crisis. Es decir, las personas comienzan a angustiarse de solo pensar que pueden volver a entrar en pánico.
Ansiedad post – traumática
Esta ansiedad es bastante frecuente en personas que han atravesado una situación muy dura, adversa, y al mismo tiempo muy compleja. Dicha situación les ha dejado una marca psicológica que se ve reflejada a través de ataques de ansiedad. Se ve mucho en pacientes que han sido violados, que sobrevivieron a la guerra, o que han presenciado o vivido cosas muy difíciles de asimilar.
Ansiedad tipo fobia
Esta ansiedad se caracteriza por no ser más que un temor muy grande y al mismo tiempo sin explicación lógica, hacia algo en específico. Un ejemplo de este tipo de ansiedad puede ser una persona que le teme a las cucarachas, y al ver una, entra en una ansiedad profunda que no puede controlar hasta que lo que le causa la fobia haya desaparecido.
Tengo ansiedad ante un examen ¿Qué hago?
De acuerdo con la ley de Yerkes-Dodson, es necesario un nivel óptimo de activación para completar mejor una tarea como un examen, un desempeño o un evento competitivo. Sin embargo, cuando la ansiedad o el nivel de excitación exceden ese óptimo, el resultado es una disminución en el rendimiento.
La ansiedad ante los exámenes es la inquietud, la aprensión o el nerviosismo que sienten los estudiantes que temen fallar en un examen. Los estudiantes que tienen ansiedad ante los exámenes pueden experimentar cualquiera de los siguientes: la asociación de calificaciones con el valor personal; miedo a la vergüenza de un maestro; miedo a la alienación de los padres o amigos; presiones de tiempo; o sintiendo una pérdida de control. Sudar, marearse, dolores de cabeza, latidos cardíacos acelerados, náuseas, inquietud, llanto incontrolable o reírse y tocar la batería en un escritorio es algo común. Debido a que la ansiedad ante los exámenes depende del miedo a una evaluación negativa, existe un debate sobre si la ansiedad ante los exámenes es en sí misma un trastorno de ansiedad único o si es un tipo específico de fobia social. Hay clasificaciones que dan la ansiedad ante los exámenes como un tipo de fobia social.
Síntomas de la ansiedad
La ansiedad puede identificarse de dos maneras: a través de signos mentales y a través de indicios físicos.
Los síntomas mentales suelen ser insomnio, preocupación, mal humor, falta de concentración, entre otros.
Los síntomas físicos son menos frecuentes que los mentales, pero igual pueden existir, como por ejemplo sudoración excesiva, taquicardia, temblores, mareos, dolor de cabeza, diarrea, entre otros.
¿Qué hacer cuando se tiene un ataque de ansiedad?
La ansiedad puede ser medicada, es decir, se puede controlar con medicamentos, pero por nada del mundo debemos tomar ningún tipo de fármaco sin antes acudir a un médico que nos indique qué tomar según el tipo de ansiedad que tengamos.
Por otro lado, cuando estamos frente a un ataque de ansiedad, lo más importante es reconocerlo y asimilarlo, para no dejarnos dominar por esa crisis. Una vez que hemos identificado que estamos frente a un ataque de ansiedad, sería bueno conocer la causa y erradicarla.
Si estamos padeciendo un ataque de ansiedad y no conocemos la causa, sería muy positivo poder acudir a la persona más cercana a nosotros y contarle nuestra situación para que nos ayude a controlar los síntomas y sus consecuencias.
Además de todo lo que podemos hacer para controlar un ataque de ansiedad, también debemos tomar en cuenta todo lo que no debemos hacer. Es importante no automedicarse, no precipitarse, no tomar medidas drásticas o radicales, detener las actividades que nos causan estrés y evitar el contacto con lo que genera la ansiedad.
Causas de la ansiedad
La ansiedad puede ser causada por una gran variedad de factores que es importante conocer para poder actuar de manera preventiva. Algunos de esos factores que causan la ansiedad, son los siguientes:
Eventos extraordinarios: Muchas de las ansiedades son causadas por experiencias de vida que pueden ser consideradas como traumáticas, tal es el caso de la pérdida de un ser querido, una experiencia cercana a la muerte, haber sobrevivido una guerra, haber sufrido una violación, entre otras.
Consumo o abstinencia de drogas: no solo consumir ciertas drogas puede causar ansiedad, la falta de ellas también puede generarla. Por eso es saludable evitar incurrir en drogas como hábito o vicio diario.
Herencia genética: existen muchos casos donde las ansiedades son heredadas de manera genética, como por ejemplo cuando un hijo tiene una misma fobia o trastorno compulsivo que alguno de sus padres.
¿Cómo prevenir las crisis generalizadas?
En términos generales, la ansiedad viene acompañada de episodios de crisis. En esos casos, hay que saber actuar con prudencia, no solo para solucionar la situación, sino también para evitar agravarla.
- Realiza actividades que te relajen: puedes practicar deportes, leer un libro, pasear en bicicleta, hacer yoga, practicar meditación; lo que sea que te relaje. Mientras más frecuentemente lo hagas, mejor.
- Evita hábitos negativos: el consumo excesivo de drogas, tanto legales como ilegales, conduce tarde o temprano a la ansiedad, bien sea como efecto secundario de la droga o como síndrome de abstinencia cuando ya se es adicto. Lo mejor es llevar una vida sana y saludable para prevenir la ansiedad.
- Practica la PNL: Son muchos los artículos en los que te hemos habado acerca de las bondades de la PNL. La PNL puede servirte para evitar una crisis cuando sabes que estás frente a un contexto en el que puede generarse un episodio de ansiedad.
- Mantente satisfecho: Come bien, duerme bien, e incluso, trata de tener sexo frecuentemente. Mientras estés satisfecho, tus niveles de estrés se mantendrán bajos, y de ese modo podrás prevenir crisis generalizadas.